miércoles, 17 de octubre de 2012

Una secadora de condensación nueva y con problemas

Ya hacía un tiempo que no escribía nada en este blog. Desde que tengo feisbuc no hago más que perder tiempo con él.

En fin, lo que venía a comentar es mi última historia de consumidor. En realidad, seguro que ha habido muchas pequeñas historias en los últimos tiempos, pero tan pequeñas que no he considerado necesario exponerlas.

Pero vayamos al grano.

Hace unos meses, al principio del verano, tuvimos que jubilar a nuestra vieja secadora. Las constantes averías la hacían ineficiente. Afortunadamente, todas esas averías las reparé yo mismo (era muy vieja -de segunda mano-, no había repuestos, soy un poco manitas y a la fuerza ahorcan) ya que, de otro modo, la secadora habría sido ruinosa.

Como estaba el verano por delante y no andábamos muy boyantes de capital, decidimos esperar un poco, porque en verano se secan las ropas muy bien en el tendedero.

Habiendo llegado septiembre, eché un vistazo a las secadoras en Alcampo. Me sentí muy afortunado al encontrar una como la que queríamos (no teníamos una idea clara, sólo que fuera 'de condensación') por 233 euros. ¡Todo un chollo! La razón del precio era que había estado expuesta al público, así que podía tener algún rayoncito, pero a la vista parecía intacta.
Las secadoras son principalmente de dos tipos: de evacuación y de condensación. Las de evacuación eliminan el aire caliente y cargado de humedad a algún punto del exterior de la máquina, normalmente a la calle por una abertura hecha en la pared del edificio. De otro modo, la casa se llenaría de humedad en el ambiente y esto podría dar lugar a otro tipo de problemas: moho en las esquinas frías, alergias, etc.
Las de condensación gastan algo más de energía porque recirculan el aire caliente húmedo y eliminan la humedad haciéndola condensar, antes de sacar el aire al exterior. Se prefiere este tipo de máquinas, por ejemplo, donde no es posible hacer una abertura en la pared. La contrapartida es que cada cierto tiempo hay que vaciar el cajetín donde se recoge el agua.
Pero nosotros vemos otra ventaja en las de condensación: el aire caliente que expide la máquina sirve para calentar, en cierta medida, la casa. Nuestra ciudad es muy fría en los meses que no son verano, así que cualquier aporte energético se agradece. Tirar el aire caliente  a la calle (como hacen las secadoras de evacuación) nos parece un despilfarro inaceptable.
 El precio incluía el transporte hasta casa y la instalación.

Cuando ya la tuvimos instalada, ajustada al altura de las ruedas (el suelo tiene una ligera inclinación) y una vez leídas las instrucciones para ver si había alguna parte crítica que debiéramos tener en cuenta antes de arrancarla por primera vez (no había nada especial), colocamos algo de ropa húmeda en el bombo y con cierta emoción mi esposa y yo la pusimos en marcha. El ruido que comenzó a producir la máquina era atronador. Bueno, no era atronador pero desde luego era lo suficientemente intenso como para darnos cuenta de que no era el propio de una secadora y que algo iba mal. Así que la paramos al instante y echamos otro vistazo a las instrucciones. Todo indicaba que habíamos actuado bien, la máquina era muy simple. No recuerdo si cambiamos algún parámetro (usar el ciclo de ropa delicada en vez de el de algodón, o algo así) y volvimos a ponerla en marcha. Otra vez el mismo ruido preocupante. Así que la paramos de nuevo al instante (no estuvo ni diez segundos en marcha entre los dos intentos). Por si había algún dispositivo bloqueador por detrás (las lavadoras suelen llevarlo) del que no nos hubiéramos percatado (la máquina estaba encastrada y el instalador no mencionó nada) echamos un vistazo a la parte de atrás de la máquina, aunque esto supuso tener que sacarla. Lo que vimos no nos gustó nada: el panel trasero de la máquina estaba abollado "hacia afuera". No sabíamos si la máquina había venido así, ya que mi esposa no se preocupó (yo no estaba cuando la instalaron), pensando que el instalador habría avisado en caso de observar cualquier anomalía. O bien era consecuencia de nuestros intentos de ponerla en marcha, siendo posible que el bombo hubiera golpeado contra algo interno (¿el qué?) en su giro y, además del ruido, habría abollado la chapa trasera. También podría ser un defecto de fábrica. De modo que decidimos llamar a Alcampo al día siguiente.

La respuesta que nos dieron fue que llamáramos al servicio técnico. Les planteé que si llamaba al servicio técnico seguramente perdería la posibilidad de devolver la máquina, y yo quería tener abierta esa posibilidad. Total que, después de varias llamadas porque tenían que consultar a la Jefa de Sección, no me aclararon nada. No me parecía aceptable que una máquina, sin haberla estrenado, ya tuviera un bollo atrás y que tuviera que venir el SAT a ver qué ruido era ese.

Afortunadamente, no me pusieron pegas en la devolución. Como vinieron a traerla, se la llevaron. Sin tardanza y sin coste. Al día siguiente me pasé por la tienda y me devolvieron el dinero. Sin impedimentos y sin preguntas. En eso hay que felicitar a Alcampo.

Recomiendo a cualquiera que se encuentre en una situación similar que directamente devuelva la mercancía, por muy chollo que parezca. Si interviene el SAT lo más probable es que ya no podáis devolver el artículo. Así que sed inteligentes y devolved el artículo. Esto supone alguna molestia (llama, vete, vuelve...), pero más molestias supone comprar un artículo defectuoso que puede darte problemas toda su vida útil, amén de tener que jubilarlo antes de tiempo precisamente por esos problemas.

Otra recomendación que hago: una vez instalada, decid al instalador que la ponga en marcha, a ver si funciona correctamente. De este modo, si algo va mal, el propio instalador será testigo a vuestro favor. Si mi esposa hubiera hecho esto, nos habríamos ahorrado algunos problemillas, aunque repito que el comportamiento de Alcampo aceptando la devolución me pareció correcto. Pero puede que otros vendedores no sean tan comprensivos o sean más cicateros para aceptar la devolución. (Ojo antes de comprar: algunos no admiten devoluciones y otros no te devuelven el dinero, sino un vale para que lo canjees en su propia tienda. ¡Mal!).

Por cierto, la secadora era de la marca FAGOR, aunque no recuerdo el modelo. Además de por estar expuesta al público, parece que era un modelo descatalogado o 'a punto de', así que la pusieron tan barata.

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ACTUALIZACIÓN:

a los pocos días compramos otra secadora en otra tienda (un mayorista de electrodomésticos). Hemos tenido que traerla con el coche (afortunadamente tenemos uno con portón trasero y asientos abatibles que permitía que entrara) e instalarla yo mismo, para ahorrarnos algunos gastos que nos iban a cargar. La nueva secadora es también FAGOR, por aquello de 'consumir productos nacionales' a ver si salimos antes de la crisis. Debo decir que esta secadora funciona perfectamente y es muy silenciosa. Así que el problema que tuvimos con la anterior no era debido a la marca, sino que fue seguramente debido a una mala manipulación parte del vendedor o en algún punto de la cadena de distribución de la mercancía. Supongo que el palet que contenía la secadora se cayó al suelo desde alguna altura y esto hizo que se desprendiera algo internamente. Luego, al conectarla, alguna parte móvil interna golpeaba con ese 'algo' y de ahí el ruido. Esto son conjeturas mías, claro.

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